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  • Foto del escritorFelipe Garrán

La tecla es más poderosa que la espada

Actualizado: 8 ago 2018




La Base


La frase original está en inglés y hacía referencia a otro elemento de escritura que ha quedado reducido, para muchos, al ejercicio de toma de notas. Sin embargo, adaptado a nuestros días, el lenguaje indicado sería de unos y ceros, y el medio una serie de cuadritos con capacidad de ser clicados, ordenados según el criterio de un gringo; justo lo que estoy usando al momento de escribir estas líneas.


Burke "otorgó" ante los Comunes el poder a la pluma.

(Está de más recalcar la influencia del mundo anglosajón en el tema, ¿no?).

Pero si la pluma, o ahora la tecla, es más poderosa que la espada, alguien deberá blandirla; si no, ¿cuál es el objeto?


La palabra, producto de la tecla, otrora la pluma, es un arma al alcance de todo el mundo; su uso correcto, al de unos pocos; su uso para el bien, al de un grupito de valientes: novelistas, ensayistas, poetas… periodistas.


Edmund Burke llamó el “Cuarto Poder” al periodismo en un discurso promulgado en la Cámara de los Comunes (parlamento británico), pero de común no tiene nada la labor de los relatores modernos de la verdad.


El periodista tiene, sobre todo, una posición privilegiada. En la mayoría de países de Occidente, es el pueblo quien elige a sus autoridades, que a su vez son quienes deciden cómo ha de manejarse la nación. Sin embargo, que estos hagan o dejen de hacer lo esperado, o que, yendo más allá, dispongan acciones que contraríen el bienestar de los ciudadanos, no es algo fácil de controlar cuando tienes que dedicar ocho horas al trabajo, dos al tráfico, otro par (que deberían ser más) a pasar tiempo con la familia y algún ratico a dormir.




Pero, por suerte, hay alguien cuyas ocho horas, que terminan siendo hasta 16, las dedica, precisamente, a fiscalizar lo que hacen “los poderosos”.


Y sí, ese es el periodista.


Para ser justos, hay que decir que esa descripción tan a grandes rasgos es propia del periodista político, y quizá con eso segrego a todas las otras ramas, pero la explicación es fácilmente trasladable. El deportista, el artista, el economista o el “fenómeno” son todos “poderosos”; porque mueven mucha plata, generan opinión o provocan conductas masivas.


Así que sí, el periodista también debe colocar los prismáticos sobre ellos.


El punto de inflexión


Entonces, una vez que hemos visto el poder del periodista y el alcance de las armas modernas, podemos empezar a construir el perfil del periodista moderno.




De momento he escrito en una estructura que va en contra de los manuales de periodismo, pero como esto es una entrada de blog de 600 palabras, podemos dejar la pirámide invertida para los diarios, o las webs mediáticas.


¿Recuerdan la “posición privilegiada” que decía hace unas líneas que tienen los periodistas? Pues la World Wide Web le dio sillas de guardavidas a todo aquel que tuviera acceso a la internet. Aparecieron los blogs y se organizaron los pensamientos y opiniones aislados de los “mortales”; llegó Twitter y las tertulias de expertos se convirtieron en batallas campales a 140 caracteres por bando.


Y fue ahí que el periodista tuvo que tirar de casta, que es donde se refleja su verdadero perfil.


Los valores tradicionales de veracidad, objetividad, corroboración y demás no pueden faltar en el periodista digital, y estos suelen ser la primera gran diferencia con cualquier otra persona que pretenda hacer algo parecido al reporterismo. Sin embargo, como el periodismo digital es, pues, periodismo y “algo más”, el periodista digital ha de ser periodista y “algo más”.


En la entrevista que vimos en la entrada pasada con Juan Luis Font pudimos detectar una cualidad imprescindible: el deseo de emprender.


En el primer mundo hemos visto overbooking de periodistas, aunado por dos razones; el recorte de personal para impulsar el contenido web y la baja de ingresos, ocasionada por un público malacostumbrado a la información gratis.


¿Qué le queda al periodista digital?


Adaptarse. Evolucionar. Sobrevivir.



Trascender.


Y ahí entra el emprendimiento.


Blogs, vlogs, podcasts… formas modernas de transmitir información, que si se hace con criterio periodístico representa, pues, las nuevas maneras del periodismo.



Entonces, ¿cuál es el perfil del periodista digital?


Ese que tiene en LinkedIn.

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