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  • Foto del escritorFelipe Garrán

Más de 90 minutos



Quizá poner “90 minutos” en el título enaltezca demasiado lo que ocurrió en las canchas de fútbol 7 de la FCBEscola Guatemala, pero esos 14 (y algunos más) estudiantes semidesnudos, teléfono en mano y en plena tertulia digna de la ESPN sentían que acababan de debutar en la Champions League.



 

A través de un cuestionario en Instagram Stories, comprobé qué sentimientos despiertan en la gente cuando de deporte colegial/universitario se trata.


 

Y aunque casi, casi, en realidad estaban defendiendo los colores de su facultad en la primera jornada del Torneo Interfacultades de la Universidad del Istmo.


El historial de la Facultad de Comunicación no es el más alentador; en dos ediciones que lleva el torneo, han logrado ganar el partido inaugural… y nada más. Sin embargo, esta escuadra que viste de sinople y que este año lleva por nombre “Power Rangers Verdes” es la más constante de la competición.


De entre los diez equipos participantes, solo el de la FCOM ha mantenido hasta esta tercera edición el núcleo del septeto titular intacto.


Acostumbrados a la derrota, mas no acomodados a ella, el momento post partido es casi tan importante como el juego mismo. Tanto perder crea callo, y lo mejor es limar las asperezas a tiempo.


José Meléndez es el integrante más reciente del equipo. No estudia nada relacionado con la comunicación, pero desde su pupitre en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales se ha convertido en un miembro honorífico de la FCOM.


Y no ha tardado en sentir el compañerismo que se respira entre los verdes.


“El partido fue muy duro, incluso me rompieron la camiseta”. Tres tarjetas amarillas recibió el equipo rival, el de la Facultad de Arquitectura, por ninguna de los Power Rangers. Y aún con las heridas de guerra, Méléndez, a quien apodan Turkey, se sentó como uno más a analizar el juego y a reírse, porque de eso va el fútbol, de táctica y alegría.


A su lado estaba Eduardo Castañeda. Amigos desde muy chicos, el desgaste fue doble. “Mi compromiso con mis compañeros es total; acabo de salir de entreno con la selección de la universidad, y justo después, partido acá”.


Y si en lugar de compañeros hubiese dicho amigos, la frase habría concordado aún más con la escena. Hasta el presidente de la Sociedad Estudiantil bajó al engramado artificial para ver a la FCOM, porque da la casualidad de que son sus compañeros también.


Además, estaba tomando fotos. “Desde el lente de la cámara se vive menos el ambiente, pero resaltan los detalles”.


Andy Martínez, el capitán, se estaba cambiando con una notable inflamación en la pierna izquierda. Este partido fue su retorno a las canchas, luego de 11 meses de baja por una rotura en el ligamento cruzado. Aún así, fue el que más minutos disputó, detrás del arquero, claro. “Ojalá tuviera una bañera para llenarla de hielo y meterme en ella”, dijo mientras sonreía a José Álvarez, el director técnico y exjugador del equipo.


Los jugadores hablaban, reían, analizaban, discutían, se cambiaban… y ante todo convivían, porque son un equipo, un grupo de compañeros, una banda de amigos.


¿Y el balón?


Ese seguía rodando y botando, porque tras 90 minutos de fútbol (o 50, según el reglamento de este torneo) el juego no para.


Por cierto, siguiendo la tradición, los Power Rangers Verdes ganaron el partido (6-5). Quedará por ver si la próxima semana se rompe la rancha negativa de la segunda jornada.

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